Plaza del Pueblo:
Ni me voy, ni me vengo.
Siempre estaré en esta plaza,
con el sol en la cara
y mi grito en el viento.
Como junco rebelde,
me abato y me yergo,
alzando mi frente
contra tu vara de hierro.
Hoy aquí, no dejo nada
porque todo lo llevo dentro:
El sudor que soldó
mi piel y tu cemento.
Ya no importa
que vengamos a tu orilla,
ágora de pensamientos,
y agitemos las manos.
Pues nos contagió
la ilusión del cambio.
No importa si me espera la derrota
pues el camino que anduvimos
ya quedó escrito en la historia.
Ya prendieron los sueños.
Los de venticuatro noches de primavera;
noches negras, llenas de estrellas.
Ya no importa
si vivo aquí o allá.
Ahora soy paloma libre
que vuela al viento.
Tuyo soy, plaza del pueblo...
Y formaré tu esencia
como barricada fue mi cuerpo;
como fuiste tú, cama de mis sueños.
Marcos Muñoz
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